jueves, 27 de septiembre de 2012

Un mundo sin palabras

"y entonces él aseguró que el día menos pensado, si persistía en no leer, los libros saldrían volando de casa, como pájaros, y nos quedaríamos todos sin palabras"
         (Juan José Millás: El orden alfabético)

Ayer, cuando me levanté, no recordaba nada, no había nada que recordar: no existían palabras en el mundo. Me asusté mucho porque no sabía dónde estaba. 
Frente a mí, había una carpeta con muchos papeles. Como tenía mucha hambre, me comí la carpeta con todos los papeles.
Cuando salí a la calle, vi que muchos iban desnudos y otros se rompían como locos la poca ropa que les quedaba.
Pero lo peor fue cuando, muerto de hambre otra vez, intenté comerme un coche y me rompí todos los dientes.
Uf, un día increible.
                                                                                                                                      (Ali Asim)


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